quarta-feira, 2 de outubro de 2013

TEORÍA REVOLUCIONARIA - David Harvey



TEORÍA REVOLUCIONARIA Y CONTRARREVOLUCIONARIA EN GEOGRAFÍA 
Y EL PROBLEMA DE LA FORMACIÓN DEL GHETTO.

David Harvey




Cómo y por qué razón habríamos de llevar a cabo una revolución en el pensamiento geográfico? Para ahondar un poco en esta cuestión vale la pena examinar cómo se producen las revoluciones y contrarrevoluciones en todas las ramas del pensamiento científico. Thomas Kuhn nos ofrece un interesante análisis de este fenómeno tal como se da en las ciencias naturales. Sugiere que la mayor parte de la actividad cientifica es lo que él llama ciencia normal, que equivale a la investigación de todas las facetas de un paradigma particular (considerando un paradigma como una serie de conceptos, categorías, relaciones, y métodos, generalmente aceptados por toda la comunidad científica en un momento dado). A lo largo del proceso de la ciencia normal surgen ciertas anomalías, observaciones o paradojas que no pueden ser resueltas dentro del paradigma existente. Al incrementarse, estas anomalías pasan a convertirse en el foco de atención hasta que la ciencia queda sumida en un período de crisis en el que los intentos especulativos se encaminan a solucionar los problemas planteados por las anomalías. Finalmente surgen de estos intentos una nueva serie de conceptos, categorías, relaciones, y métodos, que resuelven con éxito los dilemas existentes a la vez que incorporan con éxito los aspectos válidos del antiguo paradigma. De este modo ha nacido un nuevo paradigma que va a ser seguido una vez más por la actividad cientifica normal

. El esquema de Kuhn está abierto a la crítica en ciertos terrenos. Trataré brevemente dos problemas. En primer lugar, no existe una explicación de cómo surgen las anomalías y cómo, una vez han surgido, generan crisis. Esta crítica puede combatirse distinguiendo entre anomalías significantes y anomalías insignificantes. Asi, de este modo durante muchos años se supo que la órbita de Mercurio no coincidía con los cálculos newtonianos; no obstante, esta anomalía era insignificante puesto que no era relevante en la utilización ordinaria del sistema newtoniano. Si, por otra parte, hubiesen surgido ciertas anomalías en, por ejemplo, la construcción de puen tes, entonces, éstas hubiesen tenido obviamente una gran importancia. Así, el paradigma newtoniano siguió siendo satisfactorio y no fue puesto en tela de juicio hasta que algo de importancia práctica y relevante no pudo realizarse utilizando el sistema newtoniano. En segundo lugar, existe la cuestión, nunca planteada satisfactoriamente por Kuhn, concerniente al modo cómo un nuevo paradigma llega a ser aceptado. Kuhn admite que esta aceptación no es cuestión de lógica y sugiere que supone un acto de fe. ¿Un acto de fe basado en qué? Subyacente al análisis de Kuhn se halla una fuerza directriz que nunca es examinada explicitamente. Esta fuerza directriz equivale a una creencia fundarnental en los aspectos positivos del control y manipulación del medio ambiente natural, y el acto de fe, por lo tanto, está basado en la creencia de que el nuevo sistema permitiría una extensión de la posibilidad de manipulación y de control sobre cualquier aspecto de la naturaleza. ¿Qué aspecto de la naturaleza? Presumiblemente, será una vez más un aspecto de la naturaleza importante en términos de una actividad cotidiana y de una vida cotidiana tal como se da en un momento concreto de la historia.

La critica central a Kuhn a la que estos dos ejemplos apuntan, es su abstracción del cónocimiento científico de su base materialista. Kuhn ofrece una interpretación idealista del avance científico cuando está claro que el pensamiento científico está fundamentalmente engranado a actividades materiales. Esta base materialista para el avance del conocimiento científico ha sido explorada por J. D. Bernal.

La actividad material incluye la manipulación de la naturaleza por los intereses del hombre y un conocimiento científico no puede ser inter pretado independientemente de esta presión general. Pero al llegar a este punto estamos obligados a añadir una perspectiva posterior, porque "el interés del hombre'' está sujeto a una varie dad de interpretaciones según el grupo de hombres en el que pensemos. Asi, Bernal señala que las ciencias en Occidente han sido, hasta muy recientemente, un terreno acotado por un grupo de la clase media, e, incluso recientemente, con el auge de lo que se llama a menudo la"meritocracia", el científico se ve impulsado invariablemente a unos modos de vida y de pensar propios de la clase media a lo largo de su carrera. De este modo, es de esperar que las ciencias naturales reflejen tácitamente una tendencia a la manipulación y al control en aquellos aspectos de la naturaleza pertinentes a los empresarios capitalistas. Sin embargo, mucho más importante es el enjaezamiento de la actividad cientifica por un proceso de protección y de investigación financiada con vistas a los intereses especiales de aquellos que detentan el control de los medios de producción. La coalición de la industria y del gobiemo encauzan fuertemente la actividad cientifica. De este modo, manipulación y control significan manipulación y control según los intereses de un grupo particular dentro de la sociedad más que según los intereses de la sociedad tomada en su conjunto. Con estas perspectivas podemos entender ahora mucho mejor el impulso general del avance científico camuflado bajo las periódicas revoluciones cientificas que Kuhn tan claramente describió.

Se ha discutido frecuentemente sobre si se debia o no extender el análisis de Kuhn a las ciencias sociales. Kuhn adopta el punto de vista de que las ciencias sociales son "pre-científicas", en el sentido de que ninguna ciencia social ha establecido realmente el cuerpo de conceptos, categorías, relaciones y métodos generalmente aceptados que forman un paradigma. Este punto de vista que considera a las ciencias sociales como precientificas es de hecho bastante corriente entre los filósofos de la ciencia. Sin embargo, una rápida ojeada a la historia del pensamiento en las ciencias sociales muestra que las revoluciones ocurren realmente y que tales sucesos están marcados por muchas de las mismas características que Kuhn identificó en las ciencias naturales. No hay duda de que Adam Smith proporcionó una formulación paradigmática para el pensamiento económico, de la cual ulteriormente partió Ricardo. En tiempos modemos Keynes logró hacer algo esencialmente similar. Johnson, en un artículo reciente, explora este tipo de revoluciones en el pensamiento económico y su análisis es en muchos aspectos paralelo al de Kuhn, dándole, sin embargo, un par más de giros. En el fondo de la revolución de Keynes, afirma Johnson, se halla una crisis generada por el fracaso de los economistas pre-keynesianos en solventar el más urgente y significativo problema de la década de 1930 -a saber, el desempleo-. El desempleo produjo una anomalía significativa. Johnson indica que:

Con mucho, la circunstancia más útil para la rápida propagación de una nueva y revolucionaria teoría es la existencia de una ortodoxia establecida claramente incompatible con los hechos más destacados de la realidad, y que sin embargo está lo suficientemente convencida de su poder intelectual como para intentar explicar estos hechos, Y que en sus esfuerzos para hacerlo pone al descubierto su incompetencia de un modo ridiculo'' .

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